Durante los años siguientes, el proyecto se convirtió en una plataforma audiovisual dinámica y en constante evolución. Este nuevo capítulo supuso un cambio fundamental en la vida de Nathalia, en el que siguió un camino de autoinvestigación más profunda y de progresión del sonido. Dejando de lado la música orientada a la pista de baile y adentrándose en los paisajes sonoros ambientales, las influencias de Nathalia se inspiraron cada vez más en la electrónica experimental, así como en los géneros tradicionales y espirituales.

En 2017 se celebró la primera edición de Experiment Intrinsic en formato festival, que tuvo lugar en un parque histórico en Dordogne, Francia. El festival brindó la oportunidad de desarrollar un programa inmersivo de cinco días de paisajes sonoros comisariados, proyecciones de mapping, yoga y talleres. El proyecto, cuyo eje central es la comunidad, la paz y la concienciación, sigue expandiéndose con diversas colaboraciones a la vista.

Las mezclas de Nathalia combinan grabaciones de campo, spoken word, mantras y texturas sutiles para crear poderosas narrativas que guían al oyente hacia un estado más profundo. En sus sets actuales, los tapices orgánicos de sonido se mueven con el aliento de la naturaleza. Parece que su devoción y profunda inmersión en la música y el autodescubrimiento es lo que la ha guiado como artista.